"Formando Equipos
de Alto Desempeño: no perdemos, no empatamos, todos los partidos los
ganamos".
Tal como lo establece el título de este documento, la
formación de equipos de alto desempeño, tiene como finalidad última el asegurar
que todos los miembros, involucrados e interesados en un equipo obtengan una ganancia. No se trata de crear
posiciones en desventaja para favorecer a una parte, sino de obtener ganancia
en todos los procesos y desempeñarnos de manera exitosa.
Y es que un equipo de alto desempeño trae grandes beneficios
a las organizaciones, sin embargo debe existir también un compromiso por parte
de las mismas con sus empleados y colaboradores. Un equipo de alto desempeño,
es un equipo cuyos miembros se encuentran motivados y comprometidos con la
labor que llevan a cabo y la organización a la cual prestan sus servicios.
Podríamos decir que la conformación de equipos de alto
desempeño es el extremo positivo en la gestión de los recursos humanos, una
cara de la moneda. La otra cara de la moneda, y este es el extremo negativo al
que las empresas deberían temer: el problema de la alta rotación de personal,
que a su vez tiene un gran impacto negativo en la organización y su desempeño e
imagen.
El problema de la alta rotación de personal puede tener
muchas causas, sin embargo, en la gran mayoría de ocasiones se debe a
situaciones relacionadas con falta de motivación en los empleados. Esta desmotivación
se puede deber a un mal o inexistente sistema de compensación, falta de
reconocimiento o a la no percepción de posibles oportunidades de crecimiento
para avanzar, ya sea por que dichas oportunidades que no existen en la
organización o porque su difusión, comunicación y ejecución no sean efectivas.
La gestión del capital emocional es un factor de gran
importancia en la motivación de los empleados. Como recomendación, me parece fundamental dejar de pensar en nuestros
colaboradores como “recursos” pues un recurso es algo a lo que se recurre como
apoyo, y es la manera en que han sido visualizados a través de la historia.
Debemos empezar a concebirlos como activos, como capital de la empresa que es
herramienta para crear más valor y riqueza.
Considero que si la perspectiva y la forma en que percibimos
al recurso humano cambian, y lo empezamos a pensar como “capital humano” será
mucho más sencillo tratarlo con mayor prioridad dentro de la organización.
Cuando se habla de un activo o de un capital, la idea fundamental es
desarrollarlo al máximo para que nos brinde el mayor retorno posible; de esta
manera si cultivamos e invertimos en el capital humano, éste nos brindará
oportunidades de desarrollo y mejora incalculables.
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