martes, 26 de junio de 2012


"Formando Equipos de Alto Desempeño: no perdemos, no empatamos, todos los partidos los ganamos".


Tal como lo establece el título de este documento, la formación de equipos de alto desempeño, tiene como finalidad última el asegurar que todos los miembros, involucrados e interesados en un equipo  obtengan una ganancia. No se trata de crear posiciones en desventaja para favorecer a una parte, sino de obtener ganancia en todos los procesos y desempeñarnos de manera exitosa.

Y es que un equipo de alto desempeño trae grandes beneficios a las organizaciones, sin embargo debe existir también un compromiso por parte de las mismas con sus empleados y colaboradores. Un equipo de alto desempeño, es un equipo cuyos miembros se encuentran motivados y comprometidos con la labor que llevan a cabo y la organización a la cual prestan sus servicios.

Podríamos decir que la conformación de equipos de alto desempeño es el extremo positivo en la gestión de los recursos humanos, una cara de la moneda. La otra cara de la moneda, y este es el extremo negativo al que las empresas deberían temer: el problema de la alta rotación de personal, que a su vez tiene un gran impacto negativo en la organización y su desempeño e imagen.

El problema de la alta rotación de personal puede tener muchas causas, sin embargo, en la gran mayoría de ocasiones se debe a situaciones relacionadas con falta de motivación en los empleados. Esta desmotivación se puede deber a un mal o inexistente sistema de compensación, falta de reconocimiento o a la no percepción de posibles oportunidades de crecimiento para avanzar, ya sea por que dichas oportunidades que no existen en la organización o porque su difusión, comunicación y ejecución no sean efectivas.

La gestión del capital emocional es un factor de gran importancia en la motivación de los empleados. Como recomendación, me parece  fundamental dejar de pensar en nuestros colaboradores como “recursos” pues un recurso es algo a lo que se recurre como apoyo, y es la manera en que han sido visualizados a través de la historia. Debemos empezar a concebirlos como activos, como capital de la empresa que es herramienta para crear más valor y riqueza.

Considero que si la perspectiva y la forma en que percibimos al recurso humano cambian, y lo empezamos a pensar como “capital humano” será mucho más sencillo tratarlo con mayor prioridad dentro de la organización. Cuando se habla de un activo o de un capital, la idea fundamental es desarrollarlo al máximo para que nos brinde el mayor retorno posible; de esta manera si cultivamos e invertimos en el capital humano, éste nos brindará oportunidades de desarrollo y mejora incalculables.


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